¡Cumplo los 50!


Cumplir los 50 años, ya medio siglo. En este tiempo he vivido una niñez muy feliz, gracias a mis padres y a mis hermanos, que …¡ya quisieran muchos!. Aunque para seros sincera, yo de pequeña quería ser hija única, quería a mis padres sólo para mí. No pudo ser, ¡menos mal!, porque  si ya era milonguis y no llego a tener cuatro hermanos hubiera sido tonta de remate. Y por supuesto también gracias a mis abuelos,  mis  tíos y a mis primos.
Mi infancia fue muy divertida y feliz. Mis padres estuvieron muy, pero que  muy presentes en nuestras vidas (a día de hoy siguen siendo personas fundamentales para mis hermanos y para mí). Se preocuparon tanto mi madre como mi padre de nuestros colegios, nuestra salud. En definitiva, se preocuparon de nuestro bienestar y con ello consiguieron nuestra felicidad.

Mi adolescencia fue una rebeldía maltrecha, como todos los adolescentes de ayer y de hoy. Empecé el instituto, conocí chicos, salí a discotecas, hice nuevas amistades, etc. Formé colla con mi hermano mayor y teníamos el mismo grupo de amigos. Me lo pasé bien. Y…otras no tan bien. Dejé los estudios y me puse a trabajar. Con 25 años decidí que tenía que estudiar psicología y creo que es una de las mejores decisiones de mi vida. Soy una buena psicóloga, sino, jajaja, fantástica.

Mi edad adulta, ¿adulta? fue, ufff…un querer y no saber, un querer y hacer el gilipollas, un…, bueno, pues lleno de experiencias, buenas y malas decisiones, algo o mucho en las nubes, disgustos muchos y, alegrías también, por supuesto nació mi hijo del que me siento muy orgullosa y con el que me llevo de maravilla. También puedo decir que hice buenas amistades que a día de hoy no sólo perduran, sino que perdurarán el resto de mi vida. Deciros que cómo soy muy buena amiga, no me ha costado. ¡Es que soy genial!

A día de hoy, puedo contaros que tengo una pareja que me merezco porque soy maravillosa y fantástica. Me lleva de la mano, es mi mejor amigo, le necesito para contarle tanto mis alegrías como mis penas, rayadas o sueños; hago mis planes con él, soñamos juntos, hablamos mucho, me pilla todos mi estados de ánimo, me acompaña a todas partes, comparte mis preocupaciones para con mi hijo, me mira, me echa piropos, me sonríe, me dice lo bonita que soy, me busca, me encuentra. ¡Vale, ya me callo! Pero es cierto. Mi hijo y él son mi primera familia, como no lo fue nunca nadie.

Hoy me quedan pocos días para cumplir 50. ¡Qué maravilla! ¡Cuánto he aprendido y cuánto me queda por aprender! No he nombrado a mis numerosas amigas y cuánto me han enseñado y aportado. Han sido mi valle de lágrimas, pero lo mejor ha sido los momentos  de charrar y acabar, literalmente, partiéndonos de risa y llorar y llorar y que nos doliera el estómago de esas maravillosas anécdotas.

Me encanta mi vida, me encantan mi hijo, mi pareja, mis padres, hermanos, tíos, primos, y…¡cómo no! mis amigas. Nos vemos en mi cumple. ¡Os quiero a todos!.